La necesidad de la informatización sanitaria se manifiesta, por encima de otros aspectos, muy especialmente en el incremento de la seguridad clínica para el paciente. La posibilidad del error, como en todos los aspectos de la vida, siempre está presente, en mayor o menor medida, en cualquier juicio clínico. Y, uno de los puntos de este área donde más puede ayudar la tecnología es, sin duda, la prescripción de medicamentos.
La aceptación de la prescripción electrónica es ya una realidad desde hace varios años. Sin embargo, aún son muchas las reticencias de multitud de profesionales a aceptar esta herramienta, principalmente por el arraigo de antiguas costumbres que cuesta sustituir. Por ello, la prescripción electrónica debe necesariamente ofrecer algo más que una simple prescripción a través de un ordenador, de modo que pueda valorarse la enorme ventaja del uso tecnológico.
Y existen opciones para ello. La más adecuada, sin duda, es la reutilización de la información aportada por los profesionales del organismo especializado en materia de medicamentos dentro de la Administración Pública. El hecho de integrar una prescripción electrónica con un organismo como la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, implica tener actualizados todos los medicamentos legales a diario, con absolutamente todos sus datos técnicos y de prospecto incluidos. Pero ni siquiera debemos quedarnos ahí, puesto que también podemos ofrecer esa seguridad clínica a través de la detección de duplicidades entre principios activos o grupos terapéuticos, así como en sus posibles interacciones con la historia del paciente, tanto a nivel medicamentoso como incluso de excipientes de esos fármacos. De este modo evitaremos posibles errores en la prescripción con respecto a alergias o intolerancias del paciente. Sin duda, podemos afirmar que este proceso es totalmente óptimo, y nos atrevemos a aventurar que será algo habitual a medio plazo. Por de pronto, en Kalihos ya está disponible para garantizar la calidad del servicio asistencial.